lunes, 9 de junio de 2008

Teoría de la reencarnación
Buda enseñó la reencarnación basándose en su propia experiencia, y numerosos yoguis budistas, gracias a la meditación, pueden recordar sus vidas pasadas.

Si nos adiestramos en la meditación, finalmente alcanzaremos un estado de concentración profunda en el que podremos comprobar directamente la existencia de vidas pasadas y futuras. Hasta entonces, la única manera de hacerlo es confiando en las enseñanzas de Buda.

Si creemos en la reencarnación y actuamos según la ley del karma, nuestra capacidad mental aumentará de manera gradual y finalmente podremos percibir nuestras vidas pasadas y futuras de manera directa. Sin embargo, si negamos la existencia del karma y la reencarnación, no nos esforzaremos por adiestrar nuestra mente y, por lo tanto, no podremos comprobar por nosotros mismos la existencia de vidas pasadas y futuras.

La escuela de filosofía charvaka que apareció en tiempos de Buda afirmaba que si algo existe, tiene que poder ser percibido con alguno de los cinco sentidos. Puesto que no eran capaces de percibir las vidas pasadas y futuras, llegaron a la conclusión de que la reencarnación no existe.

Hoy en día numerosas personas no aceptan la existencia de objetos ocultos, como la reencarnación, porque sólo creen en lo que pueden ver con sus propios ojos. Esta es una creencia superficial.

La mayoría del conocimiento histórico y científico está basado en razonamientos lógicos, y no en percepciones sensoriales directas. No podemos ver los átomos, las galaxias distantes o los sucesos del pasado, pero podemos conocerlos por deducción.

Del mismo modo, aunque no podamos percibir nuestras vidas pasadas y futuras, podemos deducir su existencia por medio de razonamientos lógicos.

Si creemos en las vidas pasadas, nos resultará más fácil aceptar las futuras. Hay cinco maneras de deducir la existencia de vidas pasadas:

Comprendiendo el continuo de la mente.
Considerando la gran variedad de impresiones mentales con que nacen los niños.
Reflexionando sobre los sueños.
Contemplando ejemplos de personas que recuerdan vidas pasadas.
Creyendo en la veracidad de los textos budistas.
Si realizamos estas contemplaciones y meditaciones con una mente abierta y buena motivación, nos resultará más fácil creer en las vidas pasadas.

Sin embargo, si hemos decidido de antemano que la reencarnación no existe y consideramos estos argumentos sólo para refutarla, ni siquiera un Buda podrá hacernos creer en ella.

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