lunes, 9 de junio de 2008

Pruebas de la existencia de la reencarnación



Cada persona tiene diferentes impresiones mentales y tendencias. Algunas las tienen virtuosas, y otras, perjudiciales. Aunque ciertas diferencias se deben a la educación y otras experiencias, no todas pueden explicarse de este modo.

Dos niños con los mismos padres pueden mostrar tendencias completamente distintas a una edad muy temprana. Por ejemplo, puede que uno sea cruel y disfrute torturando animales y peleándose con otros niños, mientras que el otro tenga buen corazón y una personalidad apacible.

Esto puede ocurrir con dos niños educados del mismo modo e incluso, a veces, con gemelos, que tienen la misma configuración genética.

¿Cómo podemos explicar estas diferencias? Una tendencia es un hábito, y los hábitos se adquieren al repetir una acción una y otra vez.

El hecho de que los niños nazcan con diferentes tendencias indica que en algún momento anterior a su nacimiento, es decir, en una vida pasada, adquirieron distintos hábitos.

Un niño es apacible porque en una vida anterior realizó acciones virtuosas con el cuerpo, palabra y mente y, por lo tanto, adquirió buenos hábitos; y el otro es cruel porque realizó acciones perjudiciales y adquirió malos hábitos.

Los adultos también tienen diferentes tendencias. Algunas personas rechazan la religión mientras que otras se sienten atraídas por ella. ¿Cuál es la causa de estas diferencias? Sólo podemos encontrarla en sus vidas pasadas.

Algunas personas aprenden una lengua extranjera con más facilidad que otras. Esto puede ocurrir porque hablaban esa lengua en alguna vida pasada.

Algunas personas que entran en el camino espiritual alcanzan realizaciones con facilidad, mientras que otras tienen que esforzarse durante muchos años para que sus mentes cambien. Esto indica que las realizaciones espirituales no sólo son el fruto de nuestro esfuerzo en esta vida, sino también del que hemos realizado en vidas pasadas.

Aunque no podemos ver el pasado directamente, es posible deducirlo a partir de los efectos presentes. Los geólogos deducen movimientos geológicos del pasado a partir de la composición del suelo actual y los arqueólogos reconstruyen culturas antiguas basándose en sus restos. Del mismo modo, observando nuestras tendencias y predisposiciones actuales, podemos deducir sus causas en vidas pasadas.

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