

El paleontólogo William Nava es el autor del descubrimiento de esta especie del período Cretácico, por lo que se ha bautizado al fósil con su apellido. Nava, coordinador del Museo de Paleontología de Marília en Sao Paulo, considera que este "importante descubrimiento" revela aspectos de la evolución de los cocodrilomorfos y los fenómenos de extinción que ocurrieron hace noventa millones de años.
El estudio lo han dirigido dos profesores del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), Pedro Henrique Nobre e Ismar de Souza Carvalho, y ha sido publicado en la revista científica Gondwana Research.
De Souza Carvalho ha explicado que entre las peculiaridades del animal, además de su reducido tamaño, están sus enormes ojos y los dientes "molarizados, más cercanos a los de los mamíferos", por lo que se cree que podría tener una dieta omnívora y comer pequeños animales.
"Esta nueva especie de cocodrilo era muy distinto de los cocodrilos y caimanes que se conocen ahora: era terrestre, omnívoro, vivía en ambientes secos y podría incluso ser gregario", apuntó De Souza Carvalho.
La investigación revela que el Adamantinasuchus navae vivía en áreas calientes con sequías prolongadas, por lo que se cree que desapareció cunado se abrió el Océano Atlántico, los continentes se separaron y el clima se humidificó" en Suramérica.
Marília, la localidad del sureste de Brasil en la que se han encontrado los fósiles de esta nueva especie, cuenta desde 1993 con un Museo Paleontológico que recoge fósiles de dinosaurios, cocodrilos, tortugas y peces que describe la historia geológica de la región.
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