martes, 10 de junio de 2008

Siguiendo Las Huellas De D.D. Home


El 13 de diciembre de 1868 esos tres caballeros se encontraron con Home para hacer una sesión en un apartamento del centro de Londres. Allí tuvo lugar el controvertido fenómeno, sobre el cual circulan múltiples versiones. Es significativo que la única declaración registrada de uno de los testigos diga: «Home salió por una ventana y entró por otra».

Sin embargo, la posibilidad de desacreditar a los testigos citando las discrepancias de sus declaraciones no significa, necesariamente, que el incidente no haya ocurrido.

Para añadir un elemento más de sospecha a este fenómeno poco claro, investigaciones modernas, que han permitido establecer con certeza el lugar en que ocurrió dicha «levitación», han evidenciado también algo que no era mencionado en ninguno de los relatos de los testigos: había una cornisa de unos 13 cm de ancho, justo debajo de los balcones. Quizás, después de todo, el irreprochable Home había recorrido la distancia entre los balcones apoyándose en ella. Pero pronto se demostró que era imposible ir de un balcón al otro por allí: una empresa así hubiera significado la muerte segura.

Otra explicación posible era que quizás Home hubiese utilizado un alambre de volatinero, tensándolo entre los balcones y sujetándolo en los cerrojos de las persianas, que sobresalían de las ventanas. Aunque la viabilidad de este procedimiento no ha podido probarse, es posible que Home haya falsificado su piéce de résistance con algún elemento artificial, ya fuera andando sobre una cuerda o balanceándose, al estilo Tarzán, de un balcón al otro.

Hay, desde luego, dos detalles poco usuales en la «levitación» de la noche del 13 de diciembre de 1868. Uno es la insistencia de Home en que levitaría, saliendo por una ventana y entrando por otra. Sin embargo, el mismo médium había comentado con frecuencia que no podía controlar a los «espíritus» que, según creía, lo levantaban. Si era así, ¿por qué ponerlos a prueba con 13 metros de aire y un pavimento de piedra bajo sus pies?.




Además, antes de salir por la ventana, Home hizo que los tres testigos le prometieran que no se moverían de sus sillas hasta la vuelta.

Cuando reapareció les agradeció su colaboración en ese sentido. ¿Qué habrían visto si hubiesen corrido hacia la ventana? ¿Qué hubiesen estropeado? ¿Los poderes de los espíritus? ¿La concentración de Home mientras andaba por la cuerda o se balanceaba entre los dos balcones? ¿La reputación de Home? Nunca lo sabremos porque, como caballeros ingleses que eran, cumplieron su promesa y permanecieron sentados, lejos de la ventana. Lo vieron salir por una ventana y entrar por la otra, tal como afirma uno de los testigos, nada más.

Y, sin embargo, cientos de personas habían visto levitar a Home en salones de América y Europa. No tenían ninguna duda de que las levitaciones que habían observado eran totalmente genuinas, fenómenos inexplicables. Sería muy triste que Home sólo hubiese hecho trampa con ocasión de su más famoso «triunfo».

Es cierto que la levitación es un fenómeno poco frecuente, pero cuando se lo considera junto a los relatos de otros atributos humanos igualmente escasos y extraños, como la incombustibilidad, el alargamiento y la fuerza sobrehumana, debe ser tomado en serio. Madres que levantan coches que aprisionan a un hijo, personas que andan sobre el fuego y sonámbulos que realizan hazañas «imposibles» plantean profundos interrogantes acerca de la naturaleza del potencial físico y psíquico del hombre. Quizás hemos sido creados para desafiar la gravedad a voluntad. Pero hasta que podamos entender la naturaleza del fenómeno, seguirá siendo uno de los misteriosos poderes ocultos del hombre.

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