lunes, 9 de junio de 2008

Creencia en la astrología (estadísticas actuales)
Aunque las pretensiones de los astrólogos puedan parecer inverosímiles a la mayoría de las personas, según el estudio Jóvenes Españoles 99 (realizado en 1999 en España por la Fundación Santa María bajo la dirección del sociólogo Javier Elzo):

el 41% de los jóvenes españoles creía en la astrología y el horóscopo,
el 33% confiaba en la posibilidad de predecir el futuro,
el 29% en los sanadores espirituales y
el 20% en que existen personas capaces de comunicarse con el más allá.

Cada día miles de personas de todo el mundo toman importantes decisiones médicas, profesionales o personales basándose en los consejos de astrólogos o de publicaciones astrológicas.

La astrología y la precesión de los equinoccios

Uno de los argumentos más comunes usados en contra de la astrología es que las afirmaciones de los astrólogos quedaron obsoletas hace mucho tiempo. De hecho la mayoría de los astrólogos hablan de 12 signos zodiacales, es decir las doce constelaciones, cuando realmente son 13 las constelaciones que recorre el Sol a su paso por la Eclíptica (incluyendo Ofiuco). No está reconocida dentro del zodíaco debido a que, a pesar de que ya se conocía en la antigüedad cuando se formularon las reglas de la astrología, hace 3.000 años estaba lejos de la eclíptica. Pero con la precesión de los equinoccios se ha ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de manera que durante la primera quincena de diciembre el Sol transita por esa constelación.

No se ha demostrado que los astros tengan alguna influencia astrológica en las personas. La única influencia comprobada que algunos cuerpos ejercen en las personas, sobre todo los más cercanos, pueden ser físicos (atracción gravitatoria) o psíquicos (por creencias personales), sin posibilidad aparente de dirigir la vida de nadie. Sin embargo, la fuerza gravitatoria que ejerce sobre un recién nacido el médico que ayuda en el parto es unas seis veces superior a la del planeta Marte.

Los signos del zodíaco, son dibujos caprichosos que el ser humano ha diseñado en el cielo con fines orientativos, y varían dependiendo de cada cultura. También se producen otros desajustes debido a la precisión de los equinoccios. Por ejemplo, la astrología afirma que alguien nacido el 30 de marzo tiene el Sol a 10° de Aries; mientras que en realidad el 30 de marzo, el Sol está claramente entre las estrellas fijas de la constelación de Piscis. La contradicción se debe a que se miden cosas distintas. En esta fecha el Sol está en el signo zodiacal de Aries y en las estrellas fijas de la constelación de Piscis.

Los críticos también señalan la excesiva vaguedad de las predicciones astrológicas, que permiten ajustarlas a casi cualquier evento futuro que ocurra, y la generalización que hace la astrología al encasillar a las personas en 12 signos. Argumentan, por ello, que decir que una persona nacida bajo el signo de Leo será poderosa y agresiva, es como decir que los nacidos en Acuario van a ser pescadores, marineros o submarinistas.

Los estudios de Michel Gauquelin

Michel Gauquelin fue un psicólogo francés que realizó un estudio estadístico entre el momento del nacimiento de un individuo y su posterior profesión. Descubrió cierta correlación entre la profesión de una persona y la fecha y hora de nacimiento.

Aunque este estudio en un principio no pudo refutarse, pronto se empezaron a averiguar varias circunstancias que le restaban credibilidad.

El caso más claro del estudio fueron los deportistas. Existía una correlación significativa en la posición de Marte en el momento del nacimiento con la calidad de los deportistas del estudio. A esta correlación se la llamó efecto Marte. Sin embargo, se descubrieron una serie de manipulaciones de los datos del estudio, que terminaron desmintiéndolo:

Algunos deportes entraban dentro de las estadísticas, mientras que otros (que no cuadraban la correlación, como el baloncesto) fueron descartados.
Los deportistas tenían que cumplir una serie de características: ser franceses, belgas u holandeses, haber nacido de forma natural (las cesáreas no contaban), etc. En realidad, Gauquelin utilizó estas restricciones para separar a los deportistas que no cumplían la correlación.
Se comprobó que en el caso de algunos deportistas con hermanos gemelos, éstos tenían una profesión totalmente distinta a la del deportista.
El sistema no era predictivo. Tomando cualquier otra persona con una fecha de nacimiento favorable, no existía prácticamente ninguna correlación entre su profesión y su nacimiento.
Además, aunque los astrólogos en un principio cogieron con gran entusiasmo estas ideas, en realidad Gauquelin rompía con todas las normas de la astrología, ya que el estudio no tuvo en cuenta ninguna.

En los enlaces externos se puede encontrar información acerca de los estudios de Gauquelin, en artículos en castellano.

Parejas y su signo zodiacal

Según un estudio de la Universidad de Manchester y en contra de una creencia habitual de la astrología, no existe una influencia del signo zodiacal en el matrimonio. Según este estudio no existen combinaciones de signos zodiacales entre los miembros de un matrimonio que sean más habituales que otras combinaciones. Esto estaría en contra de la creencia astrológica habitual de que para cada signo existen otros signos más compatibles que los otros. Para dicho trabajo se hizo un estudio estadístico sobre el censo británico de 2001, lo que supone una población de 10 millones de matrimonios.

El experimento de los «gemelos temporales»

Más de 2.000 bebés británicos nacidos a principios de marzo de 1958 en hospitales de Londres, muchos de ellos con diferencias de minutos tan sólo en sus edades, fueron seguidos por médicos durante años. El objetivo del seguimiento era comprobar de qué manera afectan a largo plazo a la salud cuestiones relacionadas con las costumbres, como la dieta, pero incidentalmente la inmensa masa de datos acumulada sobre este grupo a lo largo de los años se utilizó con el fin de demostrar si la astrología funciona o no.

Según el estudio, fue imposible encontrar ningún tipo de sesgo, preferencia o desvío en alguna dirección preferente entre los 2.000 «gemelos del tiempo», como les denomina el artículo. Si la tesis central de la astrología fuese cierta la influencia de las esferas tendría que ser común a todos ellos, o muy similar, ya que nacieron casi a la vez y casi en el mismo lugar. Tendrían que tener alguna característica o querencia parecida. Pero las completas estadísticas sobre su estado de salud y psicológico que se han acumulado durante todos estos años no muestran ninguna; si hubiese alguna desviación estaría por debajo del umbral de detección estadística.

El efecto Forer

El experimento que Bertram Forer condujo en 1948, demostrando que los individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para ser aplicadas a un amplio espectro de gente, ha sido considerado como una explicación a la pervivencia de las creencias astrológicas.

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